lunes, 5 de noviembre de 2012

Escapada a Marruecos

Coincidiendo con el final de temporada estival y teniendo mas tiempo, al final decidí escaparme a Marruecos.
Este es un destino al cual tenía muchas ganas de ir, pero que siempre lo he ido dejando, tal vez por la proximidad, tal vez porque no era el momento.
En fin, el caso, es que de la mano de mi hermano nos bajamos con el billete de avión a Marrakech. Esto era todo lo programado para el viaje.
Esta vez no quería mirar nada, ir a ningún sitio en especial, lo que quería era bajar a Marruecos ir al Atlas y...
Cima Toubkal
Creo que esta actitud fue debida a mi fatiga mental de todo el verano, no me apetecía mirar, reservar ni decidir nada.
Llegamos a Marrakech, tarde, encontramos sitio para dormir y al día siguiente no vamos dirección Atlas central.
Llegamos a Imlil, pues es el lugar más económico al que podemos llegar en taxi. De aquí empezamos a andar, siete días andando por las montañas del Atlas, pasando por innumerables pueblos lejos de todo, en los cuales la población se dedica a la agricultura y ganadería tal y como mi abuelo me contaba en las historias de su juventud.
Timmichi
Después de estos días de terapia de trekking llegamos de nuevo a Marrakech, que nos recibe con una bofetada de calor y gente por todos los lados. Volvemos a la realidad, pero esta, convertida en pícaros tenderos que con su gracia hacen que les compremos alguna cosilla con nuestros últimos dirhams.
Dos días en la ciudad de color ocre que nos dan para perdernos por sus laberínticas calles y de vuelta a casa con las pilas cargadas.
Hemos conseguido lo que queríamos, desconectar, proponerme nuevos objetivos (deportivos y personales) y sobretodo aprender (esencia del viajar).
Sin lugar a dudas repetiré.

Inshallah
  


David tomando whisky bereber